A tiempo
Cada día es un nuevo comienzo

Foto de Aron Visuals en Unsplash
Este sábado comenzaré la tercera década de mi vida. La semana pasada, durante el tiempo de receso por semana santa, a diferencia de como acostumbro, no viajé a Santa Marta donde se encuentra gran parte de mi familia. Usualmente suelo ir allá pero por motivo de ahorrar dinero, mis padres decidieron que este año nos quedaríamos aquí en la ciudad y saldríamos a visitar lugares más cercanos. Lo curioso es que en ese lapso de 9 días de vacaciones, que acostumbramos a tener aquí en Colombia, acontecieron cosas que nunca antes habían sucedido en los casi 20 años de vida que llevo. Sucesos que de por sí podrían tomarse como triviales, pero que guardan un gran significado cuando se observan como resultado de procesos que han tenido lugar en la historia de mi familia.
Una de las experiencias nuevas fue que en familia fuimos a la playa por primera vez en nuestro propio carro y con nuestro perro, Apolo, que conoció el mar. Mi padre, con 56 años, habiendo aprendido a manejar no hace mucho, nos condujo por la carretera intermunicipal hasta nuestro destino. Recuerdo cuando lo acompañaba con mi tío a los entrenamientos, cuando se estresaba mucho porque el auto se le apagaba con frecuencia, cuando esperamos en el concesionario para recibirlo, cuando no había ningún vehículo y me pagaban un transporte para ir a la escuela, cuando en la primaria mi papá llegaba a recogerme hasta media hora después de la hora de salida—yo con lagrimas en los ojos porque creía que se había olvido de buscarme, y luego nos íbamos en bus a casa. Él en algún momento creyó seriamente en la idea de formar una familia y trabajar fuertemente para ayudar a hacer de ella, una próspera. Y junto a mi madre, los dos lo han venido consiguiendo. No solo lo digo porque Dios nos haya bendecido con un auto propio, es mucho más que un bien material, es el crecimiento integral de todos los miembros. Y mi padre, con más de medio siglo de vida, todavía sigue proponiéndose nuevas metas y trabajando por ellas. No se “tardó” para manejar un auto como muchos pensarían, sino que lo hizo en el momento oportuno, todavía no era tarde.
Tal lección, estar a tiempo para trabajar en tus metas y prosperar, es de la que quiero hablarte hoy. Verás, ya va más del 25% del año y diría que todos el 31 de diciembre pasado pensamos en hacer algo con nuestra vida en este 2023. Tal vez el objetivo no fue preciso o sí. Quizás empezaste a esforzarte por hacerlo realidad pero te detuviste porque algo sucedió e hizo que interrumpieras el curso. A lo mejor no has comenzado todavía a perseguir algo en concreto o, por el contrario, ya has progresado y continúas firme en el proceso de alcanzar lo que trazaste. Sea cual sea el caso, ya ha sido tiempo suficiente para contemplar las preguntas: ¿cómo voy? ¿cómo ha sido mi desempeño real en la vida en lo que va del año? ¿es más de lo mismo o de verdad he notado cambios de mejora significativos en cada uno de los aspectos de mi vida y en lo que me propuse?
Buen clima
Crecimos creyendo que existen momentos perfectos para iniciar las cosas. Las horas en punto, el mes de enero, el día después del cumpleaños, la señal más que evidente, los lunes, o hasta un estrellón en la vida. Se vende la idea de que solo cuando estos acontecimientos tienen lugar entonces es el tiempo más oportuno para iniciar un cambio en nuestra vida, y si dejamos que pasen y no actuamos, ya es tarde para comenzar. Y como ya es tarde, pues no queda de otra que esperar hasta el supuesto próximo momento perfecto. Pero, ¿y qué nos dice que no podamos tener éxito si iniciamos a trabajar en un tiempo diferente a aquellos simbólicamente ideales para emprender?
Pues bien, el curso de las cosas generalmente no es impecable. No estamos exentos de vivir problemas, de sentirnos aburridos o confundidos, de que el entorno nos ponga obstáculos, y de cometer errores— eso incluye fallarnos a nosotros mismos. Todas estas situaciones, probablemente como tú lo has hecho, yo también las he vivido. Una de las metas que me puse para este año fue leer al menos 24 libros— si tienes curiosidad por mi progreso, te confieso que voy por la mitad del séptimo. Mi objetivo tiene como una de sus implicaciones leer todos los días, además de la biblia (hasta ahora llevo una racha impecable siguiendo el plan anual de lectura) un libro cualquiera. Completando dos libros mensuales para poder así cumplir al final. Todo esto suena muy bonito, pero en la práctica no siempre he cumplido. Hay días donde estoy muy ocupado y no leo ni una página, a veces paso 3 días sin tocar el libro, o me distraigo en otras actividades y me fallo a mí mismo. Es la verdad. Sin embargo, a pesar de estas caídas, siempre continuo y no permito que todo mi progreso en la meta muera porque se pasó el momento oportuno o hubo obstáculos en el camino. Y es precisamente esa acción de no renunciar, de imponerse ante la tentación de volver a donde no tenías nada de lo que habías conseguido, de abtenerse a regresar a la zona de confort, lo que trae a tu consciencia la sensación de haber descubierto una nueva forma de cómo vencer y no ceder al fracaso. Lo significativo aquí es que, al seguir o comenzar nuevamente no solo te acercas a la meta, sino que, diría que incluso más importante aún, te haces más fuerte.
Dirección, fortaleza y valentía

Foto de Ian Stauffer en Unsplash
Como lo expresa Jordan Peterson “No hacer nada. Es un gran error. Porque lo único que haces es hacerte más viejo y débil, y pierdes más.” Definitivamente en la peor situación en la que te puedes encontrar es en aquella donde no tienes esperanza, y llegas justo ahí cuando no persigues nada, porque la esperanza aparece si tienes algo por lo que luchar. Al no tener un plan, y más grave aún, no hacer nada por tener un plan, inevitablemente decreces. Y todo lo que pudiste haber conseguido, lo comienzas a perder poco a poco. Tal vez no necesariamente veas perdida material, pero sin duda como persona irás en decadencia. ¿Y quién quiere ir en decadencia? Es todo lo contrario a lo que se debería apuntar. Así que más vale encontrar un rumbo dentro del caos que pueda aparecer en ciertos momentos de la vida. Entonces, cuando no se sabe qué hacer, después de buscar en nuestro interior y no hallar respuesta, miramos al exterior en busca de ella. ¿Qué es aquello que parece funcionar para los demás? Mejorar tus relaciones interpersonales, ser saludable físicamente, perseguir la sabiduría, adquirir nuevas habilidades, emprender un negocio, tener una relación con Dios, son buenos objetivos. Entonces podrías planteártelos, quizás despierten algo en ti, esa respuesta en tu interior que antes buscabas y no encontrabas pero que ahora parece despertar. ¿Qué es lo que siempre he anhelado que puede hacerme bien y que estaría dispuesto a trabajar en, porque no quiero seguir ansioso y sin rumbo, sintiéndome como alguien que vaga sin concretar planes? Tal vez te cueste trabajo sacarlo, articular ese mensaje que desea salir a la superficie desde lo profundo de ti, pero es una tarea que debes hacer. Y cuando salga, porque lo hará, podrá asustarte o inquietarte, traer a tu memoria recuerdos de miedos, traumas, inseguridades, quizás causadas en antiguos intentos hechos por ti que no salieron bien y han permanecido pegadas a ti como sanguijuelas, esperando a que algún día sumes el coraje para vencerlas y hacerte más fuerte. Y cuando te hagas más fuerte, así sea solo un poco más en comparación con antes, entonces habrás ganado experiencia, seguridad, una pizca de sabiduría y, por supuesto, esperanza.
En conclusión, hoy te digo que estás a tiempo para perseguir tus metas, para dibujarlas más claramente si aún están borrosas, o para trazarte unas si no has tenido planes en un tiempo. Con certeza, la vida es más amena cuando somos fuertes y eso lo conseguimos conquistando objetivos, ya que permanecer débiles lentamente conduce a una devastación completa. Finalmente, si hay algo de lo que estoy seguro de ti es que posees un potencial, es un hecho, mi pregunta para ti es: ¿qué harás con esa capacidad en el 75% que resta del año?

Foto de Fabio Comparelli en Unsplash
¿Este mensaje fue de utilidad para ti?
Porque si lo fue, en mi escrito "¿Cómo lograr todo lo que nos proponemos?" te ayudo a formular un plan para que comiences a hacer realidad tus objetivos de una vez por todas. Haz clic aquí para leerlo.
Finalmente, si te gustó el mensaje, te invito a que lo compartas en tus redes sociales y me dejas tu like. Me encantaría leer qué piensas sobre este tema abajo en los comentarios. Te deseo una buena semana, ¡nos vemos!